Duerme, que viene el coco

lunes, 9 de octubre de 2017

¿Sienten las plantas?

Un agente de la CIA especializado en interrogatorios, Cleve Backster, realizó un descubrimiento sorprendente en 1966.
Un aburrido día en el que no tenía mucho trabajo pendiente, conectó los electrodos de un detector de mentiras a una planta. Al regarla, los electrodos emitieron unas señales que indicaban bienestar.
Asombrado, decidió ir más allá. Para ello, contó con la colaboración de seis voluntarios. Uno de ellos mataría una planta en presencia de otra planta, pero cuando no hubiera nadie más en la sala. Ninguno sabría quién había sido, ni siquiera el propio Backster.
Después de hacerlo, fueron entrando de uno en uno a la sala, mientras la planta estaba conectada a los electrodos. Al entrar el «asesino», la máquina conectada a la planta «testigo» comenzó a realizar trazados enloquecidos.

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